sábado, 15 de marzo de 2008

Variables

Uno de los primeros capítulos en cualquier manual de C++ está dedicado a las variables. No es difícil hacerse cargo de los distintos tipos, de cómo se inicializan y de cómo se les asigna un valor.
Algunas de las variables establecen magnitudes globales de la aplicación (el juego, en nuestro caso) y determinan decisivamente su funcionamiento. Creo que puede decirse sin exagerar que el valor de ciertas variables puede arruinar el gameplay o, por el contrario, hacerlo desafiante y adictivo. Imagínate un clon de Tetris en que los bloques caen demasiado deprisa o demasiado despacio: en ambos casos el juego pedirá a gritos que ejecutes el desinstalador.
Hace no mucho me regalaron Mass Effect, el notable RPG espacial de Bioware para Xbox 360. No soy muy aficionado a los RPG, lo confieso, pues exigen una implicación previa y un interés por las vicisitudes de personajes sustancialmente prefabricados con los que la naturaleza no me ha dotado. No obstante, tenía ganas de ver a dónde se ha llevado el género en la nueva generación de consolas y disfrutar de las animaciones faciales y los escenarios. Había oído, en fin, que el control en el combate (parte sustancial de la aventura) dejaba un poco que desear, sobre todo para los habituales de los shooters. A mí personalmente lo que me lo hace impracticable es el reducido campo visual que ofrece la cámara. Una cuestión, seguramente, de variables.

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